miércoles, 18 de octubre de 2023

Deshumanidad

Muchas veces me pregunto si es el mundo que existe o es el mundo que yo veo.  Ahora al escribir esta primera frase me doy cuenta de que si creo que es el mundo de existe, estoy atada de pies y manos, siento que no puedo hacer nada para cambiarlo, en cambio, si es el mundo que yo veo, "tan solo" tengo que cambiar mi mirada hacia el y creo que cambiará todo. 

A priori esto puede parecer sencillo e incluso a veces me resulta un tanto idílico.  Pensar que cambiando mi forma de mirar cambia el mundo me suena más a pensamiento mágico infantil que a realidad.  

Después de lo que acabo de pasar en mi vida, una operación delicada de boca y los acontecimientos que se han sucedido alrededor me muestran que me divido entre dos miradas; 

La deshumanizada y la humanizada. 

No puedo evitar juzgar y desde mi filtro de juicio sacar mis propias conclusiones. 

Me atendieron enfermeras de todo tipo, incluso un auxiliar o enfermero antes de entrar a quirófano parecía más un payaso que personal sanitario.  Contaba chistes (todos malos), e intentaba hacerme sonreir, lo que el no sabía es que yo lo que quería era llorar y temblar de miedo.  Estoy acostumbrada a darle a mi cuerpo lo que me pide y lo que necesita, creo que esto trae incoherencias internas.  Mi cuerpo, tenso, paralizado, sin poder ir o hacer lo que necesitaba, tumbado en una cama, expuesto... lo último que le apetecía era reir, y lo que más necesitaba era echar a correr y liberar.

Lo más generalizado entre el personal sanitario era que no escuchaban, era difícil terminar una frase entera, pues antes ell@s la cortaban, interrumpían y seguían con su frase repetida, fuera cual fuera; 

"Ahora enseguida, se te pasa". "Ahora enseguida voy".  "Intenta dormir un poco".... y muchas más.

Frases que caían entre los muros del hospital vacías y frías, estériles como los quirófanos.  La manera de decirlas, el ni siquiera fijar la mirada un instante en el paciente, nunca pararte, no escuchar, todo esto hacia que se respirara un ambiente más deshumanizado que cálido. 

Me dolía un poco y decidí pedir un analgésico, le dije que un paracetamol, pues el dolor tampoco requería más.  Ella insistió en ponerme un Nolotil alegando que así dormiría mejor.  Y tanto que mejor, casi me muero, y a ese dormir no lo supera nadie.  La tensión dejo de registrarse, empecé a sentir que me desmayaba, mucho dolor de brazo izquierdo, la boca me dolía 2 sobre 10 y el brazo 8 sobre 10.  Y el corazón se puso en 39 pulsaciones, la maquina empezó a pitar y la luz roja pedia el auxilio que yo no podía pedir.   Me quitaron el gotero de Nolotil de inmediato y me pincharon adrenalina, me recuperé, mi corazón reacciono enseguida y estoy viva y escribiendo. 

Lo primero que me dijeron fue: "Has tenido mucha suerte de estar aquí, si estás en tu casa te mueres".   

Reflexiono y pienso; yo en mi casa no me hubiera tomado un Nolotil, porque lo que pedí fue un paracetamol, la enfermera decidió ponerme un Nolotil y eso a sucedido por estar aquí.  Con lo cual casi me matáis y gracias por no hacerlo y salvarme la vida. 

Lo que más me dolió fue que la enfermera mintió al equipo médico respecto a la decisión que tomo y dijo que yo había pedido el Nolotil.

Y aquí paro... ya está escrito... ya tengo otra batallita que contar a mis nietos. 

  








sábado, 23 de septiembre de 2023

Ella nunca te decía No



Llevaba todos los males del mundo a sus espaldas, su cuerpo semi encorvado, espalda ancha para que todo repose bien sobre ella.  Su cadera retorcida que le daba dificultad para andar, su andar era como si se desplazará con unos zancos, un ligero vaivén de derecha a izquierda, así caminaba más de una decena de años. 

Las personas acudían a ella para resolver sus males; físicos, emocionales, espirituales, psicológicos... 

Era como una curandera de antaño.  

Ella nunca te decía que no.  

Cobijaba y Recogía entre sus brazos a todo el mundo, sin juicio, con todo su amor, con energía maternal.

Entre sus pechos los seres lloraban tristezas y sinsabores cerrando los puños de rabia y frustración.  Ella, abría sus brazos, permitía que se apoyaran en su mullido pecho y abrazaba su cuerpo adulto al mismo tiempo que acunaba su niño/a herido/a.   No tenia hijos biológicos, no había estado nunca casada ni había parido pero no le hacia falta, era la madre de todos los seres del mundo que acudían a ella. 

Consuelo... 

    Compasión...

            Comprensión...

                               Amor...

Así la recuerdo como la Gran Madre que no parió. 

lunes, 7 de agosto de 2023

Que no se pierda la Presencia


Que no se pierda la presencia.

Que retumben los tambores de los Círculos en todos los lugares del mundo.


Que se eleve el canto de las Mujeres, y los Hombres se unan.


Que volvamos a las danzas redondas integrándonos con la naturaleza, dejando caer las líneas rectas de los edificios construidos durante siglos que son muros y hacen de fronteras entre nuestras almas.


Que respiren y suspiren en cada rincón del planeta el aliento de los Círculos de Mujeres